QUE HABLE MI AMADÍSIMO RIMBAUD CON ESTE PÁRRAFO DE UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO.... Sí, tengo los ojos cerrados a vuestra luz. Yo soy un animal, un negro. Pero yo puedo ser salvado. Vosotros sois falsos negros, vosotros maniáticos, feroces, avaros. Mercader, tú eres negro; magistrado, tú eres negro; general, tú eres negro; emperador, vieja comezón, tú eres negro: tú has bebido un licor no tasado, de la fábrica de Satán. Este pueblo está inspirado por la fiebre y el cáncer. Inválidos y viejos son tan respetables, que merecen ser hervidos. Lo más discreto es abandonar este continente, donde ronda la locura para proveer de rehenes a esos miserables. Entro en el verdadero reino de los hijos de Cam. ¿Conozco al menos la naturaleza? ¿Me conozco? Basta de palabras. Sepulto a los muertos en mi vientre. ¡Gritos, tambor, danza, danza, danza, danza! Ni siquiera se me ocurre que a la hora en que los blancos desembarquen, yo caeré en la nada. ¡Hambre, sed, gritos, danza, danza, danza, danza! Los blancos desembarcan. ¡El cañón! Hay que someterse al bautismo, vestirse, trabajar. He recibido en el corazón el rayo de la gracia. ¡Ah, no lo había previsto! No he cometido mal alguno. Los días me van a ser ligeros, me será ahorrado el arrepentimiento. No habré padecido los tormentos del alma casi muerta para el bien, en la que vuelve a subir la luz, severa como los cirios funerarios. La suerte del hijo de familia, féretro prematuro cubierto de límpidas lágrimas. No hay duda de que el libertinaje es tonto, el vicio es tonto; hay que arrojar lejos la podredumbre. ¡Pero el reloj no habrá llegado a sonar solamente la hora del puro dolor! ¿Voy a ser arrebatado como un niño para jugar en el paraíso olvidado de toda la desgracia? ¡Pronto! ¿Hay otras vidas? El sueño en medio de la riqueza es imposible. La riqueza siempre ha sido bien público. Sólo el amor divino otorga las llaves de la ciencia. Veo que la naturaleza no es más que un espectáculo de bondad. Adiós quimeras, ideales, errores. ¡Y esto sigue siendo la vida! ¡Si la condenación es eterna! Un hombre que se quiere mutilar está bien condenado, ¿no es así? Yo me creo en el infierno, luego estoy en él. Esto es el catecismo realizado. Soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis hecho mi desgracia y la vuestra. ¡Pobre inocente! El infierno no puede atacar a los paganos. ¡Esto sigue siendo la vida! Más tarde, las delicias de la condenación serán más profundas. Un crimen, pronto, y que caiga yo en la nada, según la ley humana. [^]

SAUDADE...

De nuevo Lisboa, de nuevo Alfama, de nuevo esa ciudad mágica por sus calles, por sus gentes, por su SAUDADE, que no puedo ni quiero traducirlo como NOSTALGÍA, porque la connotación es mucho más profunda y más sutil... Esta señora, impertérrita en su silla, medio escondida pero no oculta, ha observado durante años el subir y el bajar de los turistas al castillo de San Jorge, pero ella que ha sido testigo de modas, de nacionalidades, de revoluciones con claveles...sigue viendo la vida pasar como solo sabe hacerlo, desde su puerta...y aunque el tiempo ha pasado y su mente es incapaz de retener y recordar los miles de rostros que ha mirado y por los que ha sido mirada...ella no ha cambiado un ápice de su esencia, de su ropa, de su silla, de su mirar, de su serena observación...y es que el tiempo pasó de largo por su puerta... [^]

y si ahora tú te vas...

yo